Reflexión tópica


Pedir perdón por reducir algo tan vasto y tópico como los tópicos mismos a cuatro ejemplos en una conversación entre madre e hijo le quitaría sentido al mensaje. La ignorancia natural, inducida o sugestionada sobre la naturaleza plural de este tema de temas me transporta sin querer queriendo a la didáctica más básica. Cabe advertir que a nadie pretendía amamantar yo en esta materia, notable es el empacho lácteo que a todos nos llega al respecto y el problema no es tanto hablar de tópicos, sino saberlos reconocer. Una vez detectados, hasta los más puristas, con espíritu de crítica voraz y regeneradora, entenderán que separar los tópicos de la creación es ya no partir de cero, sino partir de nada.

Los tópicos, a pesar de su voluntad perenne, se muestran mutantes en fachada. Como el niño Mario que quedaría decepcionado al no ver en una película sobre Brasil su perfil del brasileño tipo, otros tantos ciudadanos del mundo seguidores de los españolitos mediáticos, han aplaudido la proliferación de tópicos y contratópicos españoles. ¡Qué espanto!, ¿verdad? Ya saben: Invasión nórdica en las Ramblas con sombreros mejicanos y niñas vestidas de Estela del Carmen. Horrible. Por suerte, afirman algunos, lejos queda la España cañí de Bienvenido Mr. Marshall o de una Ángela Molina puteada y Manolete Bandera hambriento de sexo y cocaína cantando aquello de Las cosas del querer”. Suelen ser de esta opinión quienes se mofan del cine castizo de Martínez Soria o critican incluso –no sin justificación- las estampas nacionalistas del país que pintaron por encargo autores de siglos pretéritos (entendiendo aquí nación como una, grande y tópica). Son héroes antitópicos de flequillo cortina y gafapastas –cabe advertir excepciones catalanas en las que pueden ocultar su alter ego, su Clark Kent, bajo atuendo de perroflautas. La gran mayoría de estos justicieros se derriten si miran fijamente alguno de los paneles costumbristas –o hechos por costumbre (y dinero) cuanto menos- de la España de Sorolla expuesta en MNAC de Barcelona (Sí. Frente a las fuentes de Montjuïc).

Por suerte, poco tengo que preocuparme en convencer a tal ejército de nada pues no hay elementos unificadores –con excepción tal vez del bonobús o la carpeta universitaria que lucen y reciclan como arma punzante- que no odien por vocación. Eso sí, antitópicos del mundo, traigo malas noticias: Martínez Soria no ha muerto. Se ha reencarnado en un personaje mucho más sugerente. Tan sugerente que sugeriere un país entero en un escote, una mirada, una frase o en un anuncio de antiarrugas. Lo siento, benditos puristas, el enemigo es fuerte, ha sabido reunir y retozar en los tópicos más fangosos y difíciles de limpiar. Al verlo hablar, moverse, reír, bailar, palmotear y posar entre nuevos ricos y casi famosos sedientos de estiércol y reconocimiento os parecerá el espejismo de una Carmen de Bizet mejorada. Su nombre fálico indica que a va a por todos –a por todos los éxitos, digo-...




- Ai, mira Jordi. Si li donen el premi a la Penelope.
- Dona, estava cantat. Ondia, com es passa la presentadora, “Esta mujer hace historia por ser española, como la película”, diu.
- Mira, no sé, però a mi m’agrada molt com l’han vestida, eh?
- A tu i a tots aquells que criden allà a Madrid. Goita goita: quanta gent escdridassant!
- Quina afició, eh? Criden tant com ella quan lo del Pedroo

[…] I grew up in a town called Alcobendas where this was […]

- Ai, Jordi. Vols dir qu calia allò del Alcobendas?
- Home sí… jo això no ho veig malament. Si a tu et donessin l'Òscar bé que parlaries d’Alpicat. O no?
- Sí, és clar, això sí…
- Escolta ¿Què diu aquesta? ¿Que ha de proteger el arte?
- Ella?
- Això sembla. Diu que es su lenguaje.
- Su lenguaje és la pitera, Jordi. No fotem.
- Doncs a mi m’ha convençut.




Picture1: Alcobenda's Hero being bullfought by Cayetano Rivera

Picture2:Alcabenda's Hero celebrating one of her victories with her friend Almodovar and some other palmeros.

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